Cartel contra el racismo.

Más de uno de cada cuatro inmigrantes que viven en la comunidad autónoma ha sufrido situaciones xenófobas.

Ania Elorza

Aunque una amplia mayoría de inmigrantes se sienten integrados en Euskadi, el 28,6% ha vivido situaciones racistas o xenófobas y el 10% de los ciudadanos autóctonos los consideran un problema. Los datos preocupan al Ejecutivo vasco, tal y como señaló ayer en el Parlamento autónomo el director de Inmigración, Miguel González. Tanto que los responsables del Gobierno trabajan conjuntamente con las asociaciones que actúan en este área para elaborar un protocolo que permita mejorar el acompañamiento a las personas que hayan sido víctimas de agresiones racistas y de discriminación por esta misma razón.

Esta es una de las medidas que se enmarcan en el plan vasco de inmigración, ciudadanía y convivencia intercultural aprobado por el Gobierno en noviembre y debatido ayer en la comisión parlamentaria de Políticas Sociales. La consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, señaló que “este plan debe estar vigilante con el racismo”.

En total, durante la jornada se aprobaron 92 enmiendas al plan, entre ellas una que recoge la creación de un plan específico para los reclusos inmigrantes en las cárceles vascas.

Los responsables del documento reseñaron que tiene un enfoque distinto al de los planes anteriores, ya que pone el foco en la integración de los extranjeros más que en la acogida. Todo ello motivado por un descenso de las entradas en Euskadi de personas inmigrantes como consecuencia de la crisis. Eso sí, a pesar del cambio, Zabaleta informó de que el 48% de las acciones del plan de inmigración anterior -cuya vigencia finalizó en 2009- tiene continuidad en el documento que desde noviembre de 2011 y hasta 2013 regirá las políticas de inmigración. "Si este plan no consigue avanzar en integración será un gran fracaso de la sociedad vasca", aseguró durante su intervención la consejera.

Desde el PNV, su parlamentaria Nerea Antia señaló que su foramción está “de acuerdo con la filosofía” del plan, aunque apuntó a cierto desorden en su aplicación. Otros grupos, como Ezker Anitza o Aralar, se mostraron más críticos, señalando que el plan “llega tarde”, ya que fue aprobado dos años después de que terminara la vigencia del plan anterior y estará en vigor hasta 2013. Mikel Arana, de Ezker Anitza, deploró el afán del Ejecutivo por “teorizar sobre ciudadanía o proclamarla en el título sin realizar acciones que lo concreten en la práctica”.

Los inmigrantes suponen el 6,6% de la población vasca -es la cuarta comunidad con menos porcentaje de extranjeros-. El 42% son de origen latinoamericano y el 66% llegan directamente desde su país de origen sin pasar por otras comunidades. El 60% reconoce tener dificultades económicas y el 27% tienen niveles de formación superiores a los que requiere su trabajo en Euskadi.